by Douglas Figueroa
Escupir por la calle o en lugares públicos es un acto muy feo y antihigiénico, que constituye una falta de respeto hacia los demás y demuestra tener una deficiente educacion y civismo. Pero lo mas grotesco es lanzar el buche de saliva para arriba con desparpajo, porque si no se aparta a un lado, la fuerza de la gravedad se lo devuelve a su cara, ya que todo lo que sube a juro tiene que bajar.
Lo que quizás muchos no sabrán es que tampoco se salvará de recibir de castigo su escupitazo, quien haga la misma gracia mientras vaya andando en bicicleta o en una patineta, creyendo que la va a dejar atrás, porque su asqueroso regalo lo perseguirá hasta darle alcance, así que por dárselas de gracioso, se arrepentirá al salirle la misma morisqueta.
Cuando a este niño travieso en la patineta se le ocurre lanzar su salivazo hacia arriba, él no contaba que mas adelante la saliva lo iba a alcanzar en su cogote.
Es de todos conocido que la famosa «Teoría de la relatividad» de Albert Einstein, fue propuesta por él unos trescientos años después que Galileo Galilei hubiese llamado la atención acerca del
carácter relativo que tienen los movimientos de los cuerpos. Galileo ya afirmaba que las trayectorias que siguen los cuerpos al moverse no eran únicas sino que siempre van a
depender
del punto de vista del observador, es decir, del marco de referencia
donde se
encuentren ubicados.
Los señores