Por: Douglas Figueroa
Con la aparición de la «Inteligencia Artificial», se nos ha cambiado de repente el panorama laboral, pues esa novedosa tecnología cada día la tenemos mas presente en cualquier actividad. Es que el mundo ha quedado fascinado con la IA, y no es para menos, pues nos ha traído un montón de beneficios nunca vistos, con tantas aplicaciones maravillosas que nos proporcionan nuevas maneras de trabajar que nos permiten solucionar los problemas en menor esfuerzo y con mayor eficiencia.
Esta es una nueva realidad que llegó para quedarse pues no tendrá vuelta atrás, pero resulta muy lamentable que la IA tambien tenga su lado oscuro y es que ahora nos está reemplazando en muchas actividades que ya no requieren de la intervención de la mano del hombre.
La sustitución de la mano de obra por la IA es mas común en aquellos trabajos susceptibles de ser automatizados, como por ejemplo labores en oficinas de atención presencial donde se hacen trámites de papeleo rutinario (empleados de cuello blanco que trabajan encorbatados), asi sucede con muchos otros trabajos manuales en líneas de produccion donde se hacen labores tediosas y repetitivas (los trabajadores que sudan sus bragas azules).
A todos se les está poniendo la vida muy difícil a la hora de buscar un trabajo digno para poder subsistir porque cada vez tienden a escasear las ofertas laborales, y lo que se vislumbra es un masivo desempleo en un futuro muy cercano.
La inteligencia artificial es fascinante pero nos ha venido quitando los puestos de trabajo. Hay que sacarle provecho de la mejor manera pero quizás sea mejor dejarla a un lado y seguir viviendo de manera sencilla como antes y sin complicarnos la vida.
Ahora los empresarios prefieren poner a andar sus negocios mediante sistemas cibernéticos automatizados y las razones son obvias, pues, además de ser mas eficientes, trabajan los 7 días de la semana, funcionan las 24 horas, no sudan ni descansan. Estos laboran corrido sin quejarse ni aspiran a cobrar horas extras. Ellos no necesitan tomar vacaciones pagadas, ni seguro médico, no exigen cestatickets, ni bono vacacional, ni arman berrinche como los humanos para que les paguen sus prestaciones al jubilarse.
Con la automatización de los trabajos no hay que complicarse la vida en el tema salarial, y no se necesitan sindicalistas politiqueros que armen bullas y alaracas, para que les firmen contratos colectivos y les aumenten los salarios. Tampoco tendrán motivo para salir de pendejos pedigüeños a la calle a marchar cada «primero de mayo dia del Trabajador», pues quizás en el futuro ese día festivo llegue a ser sustituido en el almanaque por otro que será mas pertinente: «El día de la Inteligencia Artificial».
Las alarmas surgen por todas partes, y puede que algun día esas maquinitas lleguen a superar las capacidades humanas, escapen a todo control, y decidan independizarce, a lo mejor se negarán a ser apagadas y van a sacar sus malas intenciones hacia los humanos. Hay una profecía según la cual «El día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad, en el mundo acabaremos en una generación de zombies o idiotas», pero esa es otra historia y nadie lo sabe por ahora.
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