Reminiscencias de un RioCariloco Arrinconado por el Coronavirus

        Escudriñando el baúl de los recuerdos en tiempos del Coronavirus                       Ante el acecho del implacable coronavirus y a...

Detector de Mentiras y Embusteros Caraduras

By Douglas Figueroa     

 

       Los Detectores de Mentira o Polígrafos son muy conocidos porque se utilizan para ayudar a resolver casos policiales sobre delitos cometidos, como los que se muestran en la TV. Se basan en hacerle preguntas a una persona para sacarle información pertinente que se niega a revelar. La idea es buscar estimularle diversas áreas del cerebro con el propósito de  producirle alguna alteración en sus funciones fisiológicas: como ritmo cardíaco, respiración, sudoración, etc… Luego unos sensores recogen esa información, y al procesarla permite constatar la veracidad de cada respuesta.

 

 El escaneo de este polígrafo lo que hace es jurungar el cerebro de la persona con preguntas bien picantes para que termine soltando la lengua y diga la verdad.

        

Tenemos un detector que es de mentira para las clases de Física

 

        Una vez se nos ocurrió la idea de un rupestre detector de mentiras de forma muy sencilla, utilizando sólo un «ohmmímetro» para medir la resistencia eléctrica que hay entre las dos manos de la persona. La conducción eléctrica a través del cuerpo humano depende del camino que sigan las cargas iónicas que tiene regadas por todos sus fluidos corporales, músculos, fibras nerviosas, etc…. Este es un proceso que sin duda está influenciado por el estado emocional, según la persona se encuentre alegre, enfadada o angustiada.

 

        La técnica de detección que utilizamos se basa en que la mayor contribución a la resistencia eléctrica medida proviene del contacto eléctrico entre el electrodo metálico y sus manos. Este valor es usualmente alto cuando la piel la tiene muy reseca pero luego la resistencia disminuye notablemente a medida que mejora el contacto porque las manos se humedecen ante la aparición del «sudor», que es, básicamente, agua en un 95% con pequeñas cantidades de sales minerales disueltas.

 


 Este detector está muy actualizado y no se le escapa ningún tipo de las chuletas que acostumbran los alumnos.  Es capaz de cachar desde las tradicionales escritas sobre la piel hasta la que ahora está de moda escrita sobre la misma mascarilla.
 

         Nuestro detector lo hemos hecho a propósito que sea tramposo para que todos los alumnos salgan raspados en la prueba y después se queden sorprendidos por el resultado, a pesar de no haber mentido. Al comienzo ellos se sentirán frustrados pero luego se darán cuenta que todo esto es una farsa montada para divertirnos en la clase. Lo que a fin de cuentas nos interesa es llamar la atención sobre un fenómeno físico muy interesante y que quizás mucha gente puede que ignore: «El agua corriente, por tener sales minerales con cargas iónicas móviles como sucede con el sudor, es un excelente conductor de la electricidad».

    

 

Con este detector hacemos una trampa muy bonita para que todo alumno salga bien raspado en esta pruebita. La resistencia eléctrica de esta alumna arrojó un valor inicial de 52.8 kiloohmios, pero después que ella respondió, la lectura cayó drásticamente a 28.08 kiloohmios. ¿Pero si ella no mintió, qué fue lo que sucedió?
 
 
     Esta alumna voluntaria se ha quedado boquiabierta por tan inesperado resultado; es que ella dijo la verdad y se sintió decepcionada de ese odioso aparato que creía era confiable, serio y maravilloso, pero la dejó como una mentirosa ante sus compañeros. Al repetir la prueba con otros alumnos voluntarios y viendo que arrojaba otra vez el mismo resultado, todos en la clase empiezan a sospechar que están ante un detector que no es muy serio sino mas bien es de pura jodedera.

 
«Luego descubren que se trata de una triquiñuela que les hacemos para jugarles una broma, porque sin que se dieran cuenta y antes de responder la pregunta, le pasamos un trapo mojado a cada electrodo. El agua es lo que mejora el contacto eléctrico y simula que todo es culpa de su sudor, que supuestamente brota por el nerviosismo y el estrés»
 
 

Aparatos no hacen falta para embusteros caradura

 

Las mentiras son costumbres que se tienen desde que somos niños y aumentan a medida que vamos perdiendo la inocencia. Unos embustes puede que se digan con sutileza y elegancia con el fin de convencer para conseguir algo o bien como excusa por alguna falta cometida. Pero hay otros embustes que pueden ser muy evidentes por grotescos que se dicen con descaro y desparpajo. Cada quien inventa sus coba para salir del paso y tratar de justificar lo que haya hecho sin tener que entrar en explicaciones. Estos serán aceptables como mentiras piadosas siempre y cuando sean pasajeras y no vayan a perjudicar a nadie.

 

 Hay embusteros que lo hacen a diario por ser incontrolable sus deseos de mentir; y quizás en la política es el ámbito donde mas se ven mas «mentirosos compulsivos a montones». Ellos son muy habilidosos ofreciendo villas y castillos para arrancarle el voto a los «inocentes electores», pero luego con esas promesas fantasiosas se van a hacer los locos una vez que «agarran el coroto»

 

 Los políticos son unos artistas muy habilidosos por estar dotados de sus elocuentes «picos de oro»  para lograr engatuzar a los incautos, a punta de «cobas,  promesas y cuentos chinos». Pero el castigo para un cobero caradura es que tarde o temprano le llega la hora de pagar por ser tan «Mojonero y Chanchullero», como lo reza este refrán.

 


        En el ámbito de la política hay mentiras famosas en la historia reciente, que al descubrirse tuvieron consecuencias bochornosas. En 1974, Richard Nixon tuvo que renunciar por embustero a la presidencia de los Estados Unidos, al haber mentido con vehemencia en el caso del espionaje político Watergate.  Años después, en 1998, cuando Bill Clinton, al ser interrogado en el Congreso notó que su nariz se le iba poniendo cada vez mas grande y colorá, se  dejó de pendejadas y tuvo que admitir su fogoso jujú y amorío con Mónica, su asistente. Él pudo salvar su pellejo porque a fin de cuentas ese romántico desliz fue una pequeña debilidad que tuvo en sus ratos difíciles, cuando necesitaba desestresarse y todo había sido para el bien de la nación.  

 

Moraleja
 


 
 
 






 

 


 

 


 

 

Agua que no has de beber, déjala correr

By Douglas Figueroa
            
           «El Agua» es la fuente de nuestra vida, que ocupa mas de la mitad de nuestro cuerpo y cubre las tres cuartas partes de la superficie del planeta; pero además ella puede prestarse para que digamos muchas metáforas sobre la vida misma. Algunas las utilizamos habitualmente, por sus comportamientos curiosos y bien peculiares que también pueden trasladarse como anillo al dedo a las cosas que a todos nos sucede en el trajín de cada día.

El agua que no has de beber, déjala correr

 
 
         Cuando se anda de paseo conociendo otros lugares, las «fuentes y bebederos de agua» que existen en las plazas y en los parques públicos son una parada obligatoria  para los descansos. Muchas de estas fuentes son las mas visitadas por los turistas y llaman la atención por mostrar hermosos despliegues de chorros de agua bañando monumentos con impresionantes efectos decorativos visuales y sonoros, que pueden ser bien refrescantes y relajantes, para disfrutarlas y desestresarse. 
 
    
 
       En varios de esos lugares visitados hemos encontrado bebederos públicos que son muy famosos e históricos, los que solían ubicar en los lugares céntricos y mas concurridos de los pueblos para calmar la sed de la gente. Muchos de ellos  vienen funcionando desde tiempos muy remotos que todavía siguen echando agua a borbotones sin parar y que por ser agua potable muy limpia y segura se puede beber tranquilamente, aunque los turistas desconfiados sigan malgastando inútilmente sus reales comprando agua embotellada, que a lo mejor resulta siendo la misma agua.

 
 
     Sin duda que entre todas las fuentes ornamentales de agua que hemos visitado, son las de «Los Jardines de Peterhof» en San Petersburgo donde el lujoso palacio residencial de los zares de Rusia, las mas hermosas y espectacularesCon sus despliegues de chorros que se elevan en el aire, son un verdadero disfrute ver bañándose esas hermosas y relumbrantes diosas de oro que parecen estar vivas y que uno duda si son de puro oro de verdad. Un hecho curioso es que esos potentes chorros de  agua de Peterhof son impulsados sin necesidad de ningún bombeo mecánico, ya que proviene de unos elevados embalses muy distantes; luego toda esa agua es recogida en un canal  y va a parar finalmente al mar Báltico en el golfo de Finlandia.
 
 
 
    
 
 
El Agua, sus Metáforas y la Vida
 

        En estos tiempos en que estamos viviendo en «aguas turbulentas y revueltas» con el malvado coronavirus en la calle haciendo sus estragos, es bueno recordar que «tanto la sangre, como el sudor y las lágrimas no son mas que pura agua». Quiera Dios que ese bicho tan maluco no siga «aguándonos las fiestas» y que muy pronto podamos «dejar ese lagrimeo» al superar estas penurias para que «las aguas vuelvan a su cauce». Añoramos ver ese día que podamos de nuevo andar por la calle tranquilos, cada quien en el trajín de lo suyo «como andan los peces en el agua». 

 

        Nos viene bien recordar esas metáforas sobre el agua buscando ponerle «al mal tiempo buena cara»; y siguiendo con la idea se nos ocurren tres refranes que son graciosos y muy acertados para dar consejos, sobre todo a la gente que pueda pecar de ingenua e inocente.

 

Número 1


            Te aconseja que cometerías un error si aseguras tajantemente que a tí algo no te va a ocurrir; pero tienes que aceptar que la vida da muchas vueltas y nunca estarás totalmente seguro de saber si algún día «precisamente eso mismito te podría llegar a salpicar a ti también».

  

Número 2

           

             Es para que sepas que se le debe tener cuidado a una persona que sea muy callada, tranquila y reservada; eso puede ser pura apariencia y no te debes confiar porque a la hora que se presente un problema, puede sorprenderte al reaccionar mostrando su verdadero carácter: irascible y explosivo, y hasta puede echarte una vaina por ser vengativa y rencorosa.

 

Número 3


            Se refiere a cuando un asunto no sea de tu incumbencia, no te conviene involucrarte en ello y lo mejor es que dejes que siga como el agua, su curso natural. Puedes correr el riesgo de salir con las tablas en la cabeza, y te lo van a recriminar: «Eso te pasó por pendejo y por ser tan asomado, metiche y entrometido».