By Douglas Figueroa
Los Detectores de Mentira o Polígrafos son muy conocidos porque se utilizan para ayudar a resolver casos policiales sobre delitos cometidos, como los que se muestran en la TV. Se basan en hacerle preguntas a una persona para sacarle información pertinente que se niega a revelar. La idea es buscar estimularle diversas áreas del cerebro con el propósito de producirle alguna alteración en sus funciones fisiológicas: como ritmo cardíaco, respiración, sudoración, etc… Luego unos sensores recogen esa información, y al procesarla permite constatar la veracidad de cada respuesta.
Tenemos un detector que es de mentira para las clases de Física
Una vez se nos ocurrió la idea de un rupestre detector de mentiras de forma muy sencilla, utilizando sólo un «ohmmímetro» para medir la resistencia eléctrica que hay entre las dos manos de la persona. La conducción eléctrica a través del cuerpo humano depende del camino que sigan las cargas iónicas que tiene regadas por todos sus fluidos corporales, músculos, fibras nerviosas, etc…. Este es un proceso que sin duda está influenciado por el estado emocional, según la persona se encuentre alegre, enfadada o angustiada.
La técnica de detección que utilizamos se basa en que la mayor contribución a la resistencia eléctrica medida proviene del contacto eléctrico entre el electrodo metálico y sus manos. Este valor es usualmente alto cuando la piel la tiene muy reseca pero luego la resistencia disminuye notablemente a medida que mejora el contacto porque las manos se humedecen ante la aparición del «sudor», que es, básicamente, agua en un 95% con pequeñas cantidades de sales minerales disueltas.
Nuestro detector lo hemos hecho a propósito que sea tramposo para que todos los alumnos salgan raspados en la prueba y después se queden sorprendidos por el resultado, a pesar de no haber mentido. Al comienzo ellos se sentirán
frustrados pero luego se darán cuenta que todo esto es una farsa montada para divertirnos en la clase. Lo que a fin de cuentas nos interesa es llamar la atención sobre un fenómeno físico muy interesante y que quizás mucha gente puede que ignore: «El agua corriente, por tener sales minerales con cargas iónicas móviles como sucede con el sudor, es un excelente conductor de la electricidad».
Aparatos no hacen falta para embusteros caradura
Las mentiras son costumbres que se tienen desde que somos niños y aumentan a medida que vamos perdiendo la inocencia. Unos embustes puede que se digan con sutileza y elegancia con el fin de convencer para conseguir algo o bien como excusa por alguna falta cometida. Pero hay otros embustes que pueden ser muy evidentes por grotescos que se dicen con descaro y desparpajo. Cada quien inventa sus coba para salir del paso y tratar de justificar lo que haya hecho sin tener que entrar en explicaciones. Estos serán aceptables como mentiras piadosas siempre y cuando sean pasajeras y no vayan a perjudicar a nadie.
Hay embusteros que lo hacen a diario por ser incontrolable sus deseos de mentir; y quizás en la política es el ámbito donde mas se ven mas «mentirosos compulsivos a montones». Ellos son muy habilidosos ofreciendo villas y castillos para arrancarle el voto a los «inocentes electores», pero luego con esas promesas fantasiosas se van a hacer los locos una vez que «agarran el coroto».
Los políticos son unos artistas muy habilidosos por estar dotados de sus elocuentes «picos de oro» para lograr engatuzar a los incautos, a punta de «cobas, promesas y cuentos chinos». Pero el castigo para un cobero caradura es que tarde o temprano le llega la hora de pagar por ser tan «Mojonero y Chanchullero», como lo reza este refrán.
En el ámbito de la política hay mentiras famosas en la historia reciente, que al descubrirse tuvieron consecuencias bochornosas. En 1974, Richard Nixon tuvo que renunciar por embustero a la presidencia de los Estados Unidos, al haber mentido con vehemencia en el caso del espionaje político Watergate. Años después, en 1998, cuando Bill Clinton, al ser interrogado en el Congreso notó que su nariz se le iba poniendo cada vez mas grande y colorá, se dejó de pendejadas y tuvo que admitir su fogoso jujú y amorío con Mónica, su asistente. Él pudo salvar su pellejo porque a fin de cuentas ese romántico desliz fue una pequeña debilidad que tuvo en sus ratos difíciles, cuando necesitaba desestresarse y todo había sido para el bien de la nación.
EXCELENTE, como siempre...
ResponderEliminarMuchos saludos, Luis Sabater
Gracias mi estimado colega y amigo Luis Sabater.
EliminarTambién recuerdo el famoso «Experimento de Creatividad número Sesenta y Nueve (69)» que hicieron tus alumnos y alumnas de Ingeniería Mecánica detrás del Cucarachódromo y ante una numerosa audiencia.
Muy ingenioso, como siempre, Douglas😄. Esos años en la USB, sirvieron para muchas cosas, empezando por afilar la creatividad.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Apreciado colega y amigo Hugo Rafael:
EliminarFueron tiempos muy gratos que compartimos con otros colegas en la USB para recordarlos con nostalgia. Cuando llegábamos al aula llenos de entusiasmo y llevando perolitos para enseñárselos a los alumnos, siempre inventábamos algo buscando motivarlos haciéndoles esos trucos y morisquetas y aprovechando los tantos recursos que nos proporciona la Física.
Interesante como siempre. Saludos y por favor sigue informándonos
ResponderEliminarExcelente profe... Recuerdo nuestro primer encuentro en la Casa de la Cultura de Pampatar, cuando con sus demostraciones ingeniosas asombraba y divertía a toda la audiencia. Y ahora las escribe con un característico picante oriental. Saludos
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