By: Douglas Figueroa
Una anécdota en la Premiere de la Película
«Las Luces de la Ciudad»
Ocurrió en Nueva York, a comienzos del año 1931, durante el estreno de esa famosa película del mítico genio del séptimo arte, «Charles Chaplin». El cine comenzaba una nueva etapa porque ahora tenía sonido, pero Chaplin prefirió dejar sus «Luces de la Ciudad» tal como la había comenzado a filmar, muda y de pura pantomima; solamente le agregó de fondo unos efectos sonoros que él le compuso.
A esta Premiere fueron invitadas distinguidas personalidades de la época y entre los que acudieron a este histórico encuentro de famosos estuvo presente nada menos que «Albert Einstein», Premio Nobel de Física, quien era un gran admirador de Chaplin. Se dice que entre esas dos geniales lumbreras hubo una amena conversación en la que Chaplin le hizo un elogio tan picante y gracioso que provocó la risa de Einstein..
¿Qué le diría Chaplin a Einstein?
Chaplin fue un cineasta muy multifacético, era en cada película la gran estrella: «Cuarto bate, Short-stop y Novio de la madrina», como diríamos en el argot beisbolero. Él tenía sus manos metidas en todos los detalles: Escribía el guión, era el actor principal, componía la música, y producía y dirigía la filmación. También era muy habilidoso para idear truquitos técnicos al montar escenas con efectos visuales asombrosos. Lo único que no hacía durante el rodaje era de camarógrafo, porque es imposible estar en dos sitios apartados al mismo tiempo.
Ficha Técnica de la Película «Las Luces de la Ciudad» (1931)
Esta película es una bella comedia romance sobre las andanzas callejeras de un pobre vagabundo que era un poco faramallero, pero muy buena persona y de un gran corazón (Chaplin). Él sufre muchos avatares, remueve cielo y tierra para conseguir dinero y ayudar en la operación de la vista de una chica vendedora de flores que es cieguita (Virginia Cherrill), de la que estaba locamente enamorado.
Esta película se puede difrutar entera (gratiñan) en:
https://www.youtube.com/watch?v=YPqXm5xvsec
Al terminar la presentación de la película, se escuchó una apoteósica ovación con sonoros aplausos de críticos y espectadores; todos habían quedado gratamente deleitados con esa tierna y conmovedora comedia romance. Luego hubo una recepción para que los invitados conocieran al elenco y a todo el personal técnico que había participado en el rodaje de aquella magistral obra. Allí fue cuando Albert Einstein aprovechó la oportunidad para felicitar en persona a Charles Chaplin.
El inolvidable Charles Chaplin hacía reir en sus películas a todo el mundo con ese fino humor bien en serio, que retrataba como nadie las injusticias de la sociedad, porque sus temas tenían siempre un denominador común: «Una crítica sutil a la desigualdad social».
Él le había visto la cara de cerca a la miseria humana porque en su vida pasó muchas vicisitudes siendo niño y hasta fue a parar una vez a un orfanato en su Inglaterra natal. Su ascenso a la fama no lo deslumbró, aunque llegó a codearse con la crema y nata de la alta sociedad; se sentía orgulloso de su origen humilde y nunca renegó de la vida miserable que había padecido en su infancia.
Charles Chaplin había nacido en Londres en 1889 y se despidió de este mundo a los 88 años en Suiza, país donde vivió desterrado durante un largo exilio, luego de verse acosado y perseguido por sectores ultra conservadores de poder económico y político. Aunque todo el mundo disfrutaba de sus graciosas ocurrencias y amiraban su genialidad, también tuvo detractores que le cogieron «tirria y ojeriza». No lo podían ver ni en pintura, por sus ideas progresistas al recurrir al humor como arma de denuncia para criticar las bajezas del sistema y las injusticias sociales.
En los últimos años de su existencia, cuando ya era un anciano y estaba retirado, fue que a Chaplin le empezaran a llover el montón de halagos, reconocimientos y homenajes por todas partes. Entre estos, le fue otorgado el «Doctorado Honoris Causa» de la Universidad de Oxford. Después y estando en silla de ruedas recibió de manos de la Reina Isabel la mas honorífica distinción de su país natal: «La Orden de Caballero del imperio Británico».
En el año 1972 por fin pudo pisar de nuevo suelo americano con una visa que le concedieron de pocos días para que pudiera recoger un «Oscar Honorífico» de la Academia Cinematografica de Hollywood. «Esa noche de la ceremonia es inolvidable e histórica porque cuando le entregaron el galardón, batió record al ser el artista mas ovacionado, con los mas emotivos y largos aplausos que se conocen como nunca antes en esas galas de premiación del séptimo arte».
Charles Spencer «Charlie» Chaplin (Londres-1889, Suiza-1977), siempre estuvo del lado de los más desfavorecidos y eso le venía desde la difícil etapa de su niñez, marcado por la pobreza. Lo odiaron desde la llamada «gente de bien» de la época en la que el fantasma del comunismo aterraba a las altas esferas de la sociedad americana; se atrevió a denunciar el capitalismo, la explotación de los trabajadores y se enfrentó con su inconfundible estilo satírico al poder, pero nunca se definió como comunista sino mas bien él se consideraba «un empedernido humanista».
Gracias a ti siempre me han gustado sus peliculas, y disfrutado sus historias pero desconocia de ese encuentro con Eisntein. Genial lo que ambos se dijeron!!
ResponderEliminarCómo de costumbre, excelente, gracias.
ResponderEliminarBuenas tarde Douglas, gracias por estas paginas que presentas
ResponderEliminarBuenas tarde Douglas, gracias por estas paginas que presentas. Si me lo permites la compartiré con otras personas que espero aprecien estos escritos
ResponderEliminarGracias amigo José Adames: Qué bueno que te haya gustado y me encantaría que lo divulgues.
EliminarExcelente, como siempre
ResponderEliminarComo siempre buenos y edificantes tus comentarios Douglas,
ResponderEliminareste en particular me gustó muchísimo.