Reminiscencias de un RioCariloco Arrinconado por el Coronavirus

        Escudriñando el baúl de los recuerdos en tiempos del Coronavirus                       Ante el acecho del implacable coronavirus y a...

En el Mar la vida es mas Sabrosa

Después de estas elecciones presidenciales, nos fueron anunciados unos resultados muy dudosos. Ante la negativa el CNE de mostrar las actas, el sentir nacional es que se cometieron serias irregularidades en el conteo; por lo que el ambiente político del país se puso muy enrarecido

 

Como consecuencia, todo lo que se escuchaba de mucha gente en la calle eran comentarios de inconformidad y desagrado. Entonces, para despejar un poco la mente, optamos por escaparnos a la playa, buscando mas tranquilidad en la grata compañía de unos colegas amigos.  

 

Al llegar al litoral, pronto empezamos a percibir un cierto alivio, quizás por el solo hecho de habernos desconectados del ajetreo diario en que se vive en la capital.


 
Esta espléndida panorámica fue la que tuvimos desde la habitación, pues desde allí contemplamos cada lindo amanecer en el litoral, viendo el azul infinito del Mar Caribe.
 
 
Por las noches pudimos descansar plácidamente, mientras se escuchaba el constante vaivén del oleaje del mar que modulaba la quietud del silencio nocturno. Fue todo tan relajante que hasta tuve unos «fantásticos sueños», en una vida donde yo me volvía muy presuntuoso y echándome de ser el propietario de un hermoso yate, como esos que estaba viendo anclados en la bahía. 

 

 
Las apariencias engañan y esto solo fue un bonito sueño que yo tuve, en el que me dí el lujo de haber comprado ese yate (El Echón), parecido al del Rey Juan Carlos (El Bribón).  
 
 
Yo me imaginaba que ahora también andaba como el Rey de Copas, dándome la gran vida, y disfrutando los años de prórroga que nos quedan ahora en la tercera edad.

 
Pero en medio de ese fantástico sueño que yo tuve, me surgió la pregunta: ¿De dónde coño saqué los riales para comprarme ese yate tan bonito? Si yo soy un humilde «Profesor Titular jubilado de la Universidad Simón Bolívar», devengando un sueldo miserable, muy por debajo de lo que gana un profesional, al que le hemos enseñado lo que sabe.  
 
En estos tiempos los viejitos jubilados somos unos «Pelabolas», que  con los piches bonos que nos dan como dádivas de vez en cuando, no podríamos reunir ni siquiera para comprarnos un botecito de remos

Sin embargo, en esos sueños tan ilusorios que yo tuve, habría ocurrido el milagro de que los Educadores, dejamos de seguir viviendo en la pelazón porque nuestros salarios volvían a ser  como en los viejos tiempos, cuando éramos entre las profesiones de prestigio y mejor valorados por la sociedad en nuestro país.

 

La tranquilidad en la playa es un buen remedio para aliviar el Estrés; pues allí se respira el aire limpio y refrescante que soplan las brisas marinas

 

Parece algo increíble que no nos demos cuenta cuando estamos a nivel del mar,  del enorme peso que  soportamos  por la columna de aire atmosférico que tenemos encima. Pues sabemos que ésta nos presiona al máximo (con una Atmósfera), pero mas bien uno se siente muy cómodo y desestresado.

 

 

En conclusión, fueron unos gratos momentos playeros que allí pasamos, y me hicieron recordar la letra de aquella melodiosa canción que oíamos de la vieja «Sonora Matancera».  

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En el mar la vida es más sabrosa 
En el mar te quiero mucho más 
Con el Sol, la Luna y las Estrellas
 En el mar todo es felicidad...

https://www.youtube.com/watch?v=heMMp-dS90k 



1 comentario:

  1. Tuve la oportunidad de estar esos dias maravillosos con grandes amigos, con quienes me unen lazos de cariño y respeto.

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